César Hildebrandt Blog

agosto 19, 2006

Orgasmo e Iglesia

Filed under: Artículos — cesarhildebrandt @ 3:59 pm

(La Primera) Orgasmo e Iglesia

El orgasmo es la fiesta de los sentidos. Fue una palabra prohibida para las mujeres y no usada por los hombres en una sociedad que, siguiendo al cristianismo, puso al cuerpo en la celda de los castigos.

Para la religión mayoritaria en esta comarca el cuerpo es la residencia del pecado original y el origen y destino de la maldad. Es algo que llevamos a cuestas, un saco de carnes y huesos que la muerte hará descansar y que la mortificación disciplinará.

Las pinturas religiosas con desnudos exhiben el cuerpo matronal de las paganas o el levitante de los angelitos con la certeza de que esos cuerpos no significan nada en sí y que son tan sólo envolturas del espíritu, como si la metáfora del barro primordial del que estamos hechos nos dijera que jamás abandonaremos ese linaje degradado.

Si el cuerpo es el mal, el goce del cuerpo es la falta mayor. ¿Por qué el placer y el cristianismo siempre riñeron? Muy sencillo: porque la creación de la culpa como fundamento del miedo demandaba esa autoabominación. Sin culpa no hay miedo y sin miedo no hay Iglesia.

Sobre el caballo de la culpa original la Iglesia ha cabalgado dos mil años.
Dos mil años persiguiendo el placer mientras se ejerce el sádico placer de mandar no es poca cosa. Sobre todo cuando de mandar a la hoguera a los gozadores se trataba.

De la obra de Erich Fromm es perfectamente deducible que nada supera en narcisismo a la Iglesia católica, endogámica por naturaleza, blindada por sus dogmas, autosatisfecha hasta cuando pide perdón por sus errores.

La lucha eclesiástica en contra de la sensualidad no contrariada fue siempre extrema así como fue cómplice la posición del catolicismo respecto de la violencia.

La llamada indulgencia plenaria, es decir el perdón de todos los pecados, fue otorgada por los papas Alejandro II (año 1063) y Urbano II (año 1095) a todos los participantes de las Cruzadas aun antes de que estos partieran a matar moros por toneladas.

No al placer y sí al exterminio de los infieles. Se comprenderá que una religión así pueda considerar al sexo una inaceptable jurisdicción de la libertad. Porque una religión de estas características no puede aspirar a otra cosa que no sea la sumisión mental y el suicidio de toda racionalidad.

Y, desde luego, también a la renuncia a la soberanía individual expresada en la castración por mano propia de todo asomo público de goce. Por eso es que la palabra maldita es orgasmo, el viaje que Satán nos propone para contento de la carne, el tour del diablo hacia el centro medular.

El orgasmo es el olvido momentáneo del barro patriarcal del que venimos, la cima de todos los sentidos, la tormenta perfecta del sistema eléctrico que en el fondo somos.

Su persecución resulta clave para quienes aspiran a conservar el imprimatur de los libros y la censura de los cuerpos reteniendo para sí el derecho de juzgar cuando un coito puede tener la aviesa meta de no añadir un ser humano a la población.

Para Reich, la función del orgasmo sería, fundamentalmente, la de evitar la neurosis. Ya Freud había maridado la incapacidad orgásmica con la neurosis de angustia. Reich llegó a escribir: “No hay un solo neurótico que tenga esta capacidad” (la de disfrutar sexualmente).

De allí que sirva a la neurosis colectiva la sensación creada por la prensa más amarilla al asociar, casi siempre, el sexo con lo peor y más perverso de la especie.

Es un triunfo del oscurantismo castrador convertir en sinónimos sexo y paidofilia, sexo y asesinato, sexo y violación. En suma, sexo y muerte. Es como decir que como hay infecciones gastrointestinales epidémicas deberíamos prescindir del estómago.

Y cuando los cronistas de dos por medio hablan de que algún depravado “sació sus bajos instintos” no se sabe si ese modo de frasear alude a lo bajuno de la perversión o al hecho de que los genitales estén debajo del vientre.

El orgasmo es la idolatría pagana menos extirpable y, por lo tanto, más peligrosa para las jerarquías de lo oscuro. Cuando se ama la naturaleza deja de ser un enigma, dijo alguien. Y es cierto.

La función del orgasmo es recordarnos nuestra sociedad con la lluvia y el pasto, con el relámpago y las erupciones, con las manadas y las avenidas de los ríos. El orgasmo es el puente insuperable que nos une con los latidos, también desordenados, de la tierra.

Para quienes persiguieron a los heliocentristas y mandaron quemar a quienes descubrían la materialidad de la circulación sanguínea es lógico que la naturaleza sea el gran adversario.

Anatole France señaló con el énfasis que le era habitual: “No hay castos; sólo hay enfermos, hipócritas, maniáticos y locos”. Y eso que en los tiempos de France el Opus Dei no había sido fundado.

11 comentarios »

  1. La jerarquía eclesiástica ha sido históricamente no muy favorable hacia la sexualidad humana, vista muchas veces como algo inferior o como un obstáculo para la plena comunión con Dios.

    Por ejemplo, el Papa Pío XII dijo en su Encíclica Sacra Virginitas (1954): «hay hombres y mujeres que, sin pertenecer a un estado, público de perfección, han hecho el propósito o el voto privado de abstenerse completamente del matrimonio y de los deleites de la carne para servir más libremente al prójimo y para unirse más fácil e íntimamente a Dios».

    Cien años antes, el Papa Pío XI había proclamado en la Bula Ineffabilis Deus, que «la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios
    omnipotente»; es decir, sexo como sinónimo de mancha o merecedor de culpa.

    El mismo San Agustín dijo en algún momento: «Creo que nada debilita el espíritu del hombre tanto como las caricias de una mujer y las intimidades que acompañan a la vida matrimonial».

    Más recientemente, el Papa Juan Pablo II habló en la Exhortación Apostólica Vita Consecrata, de «el valor sublime y la misteriosa fecundidad espiritual de la virginidad».

    Por su parte, la Enciclopedia Católica señala que «la Iglesia, siguiendo esta enseñanza de San Pablo, siempre ha considerado el estado de virginidad o celibato preferible en sí mismo al estado de matrimonio» y que «el estado de virginidad significa una victoria señalada sobre los apetitos bajos y una emancipación de los problemas terrenales, lo cual deja al hombre en libertad de dedicarse al servicio de Dios»; nuevamente el sexo como algo «bajo» que dificulta el acercamiento hacia Dios.

    Con un estilo más dramático, el Arzobispo de Zagreb, Franjo Cardinal Kuharic, dijo en su Carta Pastoral de 1983: «Como un remolino, el deseo sexual ha arrastrado al hombre a la profundidad de pasiones ilimitadas. Esas
    pasiones deforman al hombre hasta la perversidad; convierten a la persona humana en un simple instrumento del hedonismo. (…) Si la sexualidad humana no está regida por la razón y la conciencia, por la luz de las reglas de Dios, se convierte en un fuego que destruye a la persona humana y la degrada por
    debajo de los animales».

    La culpa genera necesidad de enmienda, y a quienes se atribuyen la capacidad de otorgar esa enmienda -por ser los supuestos intermediarios entre Dios y los pecadores-, les genera poder.

    Comentarios por Santiago Stucchi Portocarrero — agosto 21, 2006 @ 5:04 am | Responder

  2. Al respecto quizas sea conveniente una lectura calmada de la ultima Enciclica, papal, en donde otros temas interesantes, se toca el aque usted aborda en este articulo. Ahi se resume la propuesta religiosa en la integracion de las dos formas que toma el amor: agape (que todo lo da), y eros (que todo lo quiere para si). Plantea la necesaria integracion del Espiritu y el Cuerpo. Me parece un estupendo avance de la Iglesia y una aproximacion interesante al lenguaje del ahora.

    Comentarios por Miguel Cereceda — agosto 22, 2006 @ 11:31 pm | Responder

  3. No hay peor enfermedad que la religion, cada una mas destructiva que otra. Al igual que la politica solo es un medio de adormecimiento mental y de enriquecimiento ilicito, lastima que son muy pocos los que se quitan la venda de los ojos y pueden no menos que vomitar ante virgenes y santos en la «obra de dios», pobre pueblo peruano!!

    Comentarios por jerson — agosto 23, 2006 @ 3:50 am | Responder

  4. De sexualidad y orgasmos puede Usted leer e interpretar El Cantar de los Cantares de la Biblia. El sexo es una bendición de Dios, cuando es para gozarlo dentro del matrimonio.

    Comentarios por Rosario Valdivia — agosto 23, 2006 @ 10:41 pm | Responder

  5. creo q el miedo es la cuestion,pero no es novedad.

    Comentarios por fernando — octubre 13, 2006 @ 3:00 am | Responder

  6. cientologia es la voz

    Comentarios por fernando — octubre 13, 2006 @ 3:01 am | Responder

  7. Amigo, Hermano, Camarada César.
    Me alegra que te alegres con tus orgasmos y los orgasmos del mundo entero.Tengo muchos conocimientos y experiencias que compartir para que puedas ampliar tu visión de lo que hemos tenido en la Iglesia como una acumulación histórica, cultural, étnica, lingüistica, política, económica, social en el tratamiento del tema sexual en su totalidad, integralidad…no ha dejado de existir nunca esa monstruosa realidad que tu describes, pero también todo lo contrario: el resplandor de positividad, de luz, de guía, de orientación que da apoyo a vivencias orgásmicas profundas, permanentes a quines se sumergen en esa otra visión, misión, mensaje y práctica de la IGLESIA CATOLICA…te recomiendo que te metas en Google y busques a Cruz yayes Barco….en muchas cosas coincidimos y puede que nos sirva a ambos este contacto. Un Abrazo desde Venezuela. Cruz Yayes Barco.

    Comentarios por Cruz Yayes Barco — julio 22, 2007 @ 1:27 am | Responder

  8. Incluso fuera del matrimonio ,o en la infidelidad,el sexo sale incolume.El sexo nunca es el culpable.

    Comentarios por fercho — septiembre 10, 2007 @ 5:43 pm | Responder

  9. Me encanta encontrar autores que hacen esta clase de análisis para desacralizar lo que no es sacro, para poder exterder la idea de que Dios nos creo para el gozo t el placer, para disfrutar de todo lo bueno y humano que puso en nosotros y que esto es para disfrutarlo aqui y ahora. El cielo tendrá otros placeres, asi que dejen de hacernos creer que aqui sufriendo ganaremos lo felicidad eterna, aqui gozando y disfrutando de los placeres de la vida que Dios bencide y luego disfrutar de cuanto en el cielo encontremos.

    Comentarios por Madela Sainz Meschwitz — octubre 12, 2007 @ 1:30 pm | Responder

  10. Bautizado catolico, cuando tenia 16 años me bauticé bautista y empece a rezar despues de leer la biblia.
    No fornicarás, y María requetecontratataranieta de la pecadora Eva no fornicó, pues Jesús nació de madre virgen.
    Bullshit de manipuladores de masas.
    Matrix (la pelicula)se quedó corto al lado de lo que está pasando.
    Culpa, miedo y superstición religiosa es un gusano informatico alojado en nuestro inconsciente colectivo, el cual esta dirigido por la cupula de poder que hace milenios mantiene al mundo en esclavitud.
    ¿Vieron Zeitsteig?
    Busquenlo en Google.
    Los que de verdad quieran liberarse de esta jaula que esclaviza nuestros bolsillo y hasta nuestros orgasmos, les digo que ustedes no son ustedes, ustedes son el sistema, el gusano informatico alojado en vuestros cerebros.
    Busquen en Google o Youtube:
    David Ike
    Svali
    El regreso de Inanna
    Tablas sumerias
    Somos absolutamente manipulados hace milenios, y esto ya lo tenemos en nuetro ADN, desde el principo.
    Si rechazan esto, les aseguro que es vuestro gusano informatico, que creis ser vosotros.
    VIVA LA LIBERTAD, GUERRA A MUERTE A LA MENTIRA

    Comentarios por IKE — noviembre 11, 2008 @ 2:50 pm | Responder

  11. Que más se puede decir de la Iglesia error tras error cuando reconocerán que hay muchas cucufaterias en este tiempo. AHora que hay un despertar entre los seres humanos que argumentos tendrá la Iglesia para sostener todas las mentirillas

    Comentarios por Rosa Maria — enero 5, 2017 @ 11:26 pm | Responder


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